Cultura musical para indios y salmones

A VUELTAS CON EL MALLORCA LIVE FEST: PARTE I

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El Mallorca Live Festival va en serio y en esta segunda edición lo ha demostrado. Al fin un festival en la isla que nos deja con buen sabor de boca y del que no tenemos que hablar ni de cancelaciones ni de problemas con el sonido. En esta segunda edición se lo han currado de verdad. Un cartel de buen nivel, para todos los gustos, y mucha pasta en publicidad han sido claves para que la venta de entradas haya funcionado garantizando un festival con mucho público.

Cada uno habrá tenido su experiencia, yo paso a contaros la mía; y de algunas cosas y conciertos que no vi os haré llegar las impresiones que me han transmitido el resto de compañeros de Notodoesindie.

Para nosotros el festival empezó el miércoles en el Patio de la Misericordia con los “Acústicos Bajo las Estrellas” que sirvió como pistoletazo de salida al festival. Tras una buena actuación de los mallorquines Lava Fizz, actuó Anni B. Sweet quien con su voz puso la piel de gallina al público. Uno de los momentazos de la noche fue la versión del “Just Like Heaven” de The Cure, con su peculiar estilo. Y sí, además de sus temas también tocó su más conocida versión: el “Take On Me” de A-Ha.

El viernes quise llegar pronto al Festival para evitar atascos o colas en la compra de tickets. Lo primero que me llamó la atención fue el pedazo de escenario principal que se había montado, vaya buena pinta. Llegué cargado de suplementos de Notodoesindie, en concreto del especial que dedicamos al Mallorca Live Fest. Una vez acabado mi papel de Paper Boy fui a por una cervecita, nunca había tenido tantos camareros a mi disposición.

Era hora de tomar las primeras decisiones. Me fui a ver a Ice Crime, que tocaban en el escenario pequeño; tenía ganas de ver a esta banda en directo. Me comentaron algunas cosas de ellos que confirmé. La sensación es que hay mucho potencial y que si dan con la tecla lo pueden petar. Disfruté especialmente con los temas lentos y con la energía de Sara. The Prussians tocaban en el escenario grande y quienes los vieron me comentaron que fue un concierto de notable y es que la banda de Dominic Massó nunca decepciona.

Después llegaba Escorpio, grupo que yo vivía como uno de los platos fuertes del festival y seguía habiendo muy poco público a esta primera hora. Es frustrante cuando ves tanta calidad sobre el escenario y tan poca gente, ¿en serio se quieren perder esto?. Escorpio lo tienen todo: actitud y pose, la de Cobretti, la de Rafa y la de Sofía;  sonido, a base de guitarras que reverberan una y otra vez llevándote a un estado de trance. Y la voz de Toni, que encaja perfectamente en el formato directo. Gente: indios y salmones, no os permitáis el lujo de perderos a Escorpio.

 

Mientras en el otro escenario, en el grande, tocaban Sexy Zebras, extrañamente colocados antes que C. Tangana. Me cuentan que fue un concierto con un sonido brutal y que ellos son un espectáculo sobre el escenario. Yo no los vi así que me tocó ver ese mastodóntico escenario con el pequeño C. Tangana, bueno, no sé si es pequeño o es que se agacha mucho para cantar. A mi no me gustó lo poco que vi, lo digo así, directamente y eso que tenía mucha curiosidad. El escenario parecía una avenida para él solo. Autotune y nula puesta en escena. Ahora bien, el público que se congregó a verle, muy joven, lo disfrutó de lo lindo, así que no sé que tendrá… pero algo tendrá. Es aquí cuando uno se da cuenta de que se ha hecho mayor. Alguno de Notodoesindie apunta, además, que el bolo fue correcto. Juventud…

Huí  rápido a ver que se cocía en el otro escenario, ya habían tocado Rumba Katxai, lo siento, no los vi. Una chica con cacharritos hacía música electrónica un tanto minimal. Era Ela Minus; la chica, colombiana, aunque podría ser japonesa (¿vaya tontería, no?) fue un descubrimiento divertido, aunque no para todos los de Notodoesindie, algunos comentaron que algunos acoples y su frialdad se traspasaron al público, que no estaba por la labor de desgastarse ante lo que les venía.

Era el turno de La Mala Rodríguez, la primera en hacerme bailar en el escenario grande. Bien pronto hizo sonar sus grandes éxitos en una actuación que fue de más a menos. Olé por La Mala, por su Dj y sus bailarinas que hicieron disfrutar al abundante público en un bolo preparado como si fuera cabeza de cartel.

En el pequeño estaba Morodo, una discreta actuación salvada por los músicos, según me cuentan. Y entonces llegó Placebo, ¡al fin les vimos en la isla (algunos hasta que no los vieron sobre el escenario aún planteaban dudas). La banda de Brian Molko y Stefan Olsdal no decepcionó en un concierto plagado de éxitos que rozó la perfección, aunque sobrio y corto.

Para cerrar la noche era el turno de Amaral (yo ya la había cerrado y estaba tomando un vasolechecongalletas en casa). Aquí tenemos las dos interpretaciones para un mismo hecho. El que está encantado de que tiraran de clásicos para salmones y el que echó de menos más temas de sus últimos discos para indios. Eso sí, en lo que todos coinciden es en la energía de Eva y la calidad sonora de los maños.

Vamos con la electrónica. Más o menos cuando Placebo en el escenario pequeño estaba Nicola Cruz, gustó y se metió al público en el bolsillo. Tato y Kölsch continuaron la noche hasta cerrar con Ben Klock, a quien nuestros expertos en este tipo de música califican de muy técnico y bastante bueno en general.

Continúa con las partes II y III.

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