«Me encanta que los planes salgan bien.»
Coronel Hannibal Smith, outlaw.
El plan era inmejorable, último fin de semana de Julio, viaje furgonetil con un amigo inmensoInfinito cruzando Asturias y Cantabria para ver el Mundaka Festival (Viernes y Sábado, el jueves nos lo saltamos) ubicado en la hermosa península de Santa Catalina. Una vez que te das un chapuzón en sus playas y después de unas prebirras te presentas en el recinto y entiendes porque ha ganado los premios a Mejor Festival Revelación y Mejor Festival de Medio Formato el año pasado. El entorno es realmente mágico, una península sobre un acantilado con una misteriosa capilla y la playa mirándote muy cerca. La gente de la organización es amable y el único pero que se le podría poner es la poca gente que había vendiendo tickets para las consumiciones. Ya con las birras en la mano empiezan Berri Txarrak AKA Berri Chatarra y oyendo a estos «euskalShellac» nos dimos cuenta de que el sonido era espectacular y así fue todo el festival.
Media empanada de sardinas después empiezan Danko Jones y su Hard Rock de libro. Lo mejor de este trío canadiense es el macarrismo que luce su frontman. Y algunos temas, pocos. Y a continuación la primera sorpresa del festi, The Inspector Fluzo, alocado dúo vascofranchute de batería y guitarra. Desplegaron un directo salvaje en el que en un mismo tema sonaban a Curtis Mayfield y Race Against the Machine sin POPblema alguno. Entre su puesta en escena y la mala baba del cantante que atizó verbalmente a media audiencia fue un bolo memorable.
Casi sin tiempo para recuperarse de tanto improperio y tanto riff madafaka salen Capsula al escenario con su reinterpretación del «Ziggy Stardust» del añorado David Bowie. Capsula un grupo con mucha actitud, tanto que a veces tapa su música. Lo tienen clarinete, pose Rock Star, bajar del escenario y mezclarse con el público y muchos saltitos.
Pasadas las tres la otra gran sorpresa de la nit, Aurora and The Betrayers. Habíamos escuchado sus dos discos e íbamos avisados de que son una banda muy solvente en directo, pero NO estábamos preparados para esa explosión de musicón que invadió el escenario. Una banda perfectamente engrasada (los chicos de Siete Pulgadas) con el vendaval de Aurora García (ex Freedonia) a la voz, sólo quedaba disfrutar de temazales como: «Pay me Back», «Voodoo» o «Hey, Hey».
Y así acabamos el Viernes, entre olas de soul y birras. Bien.
Sábado al mediodía y vamos a disfrutar del bello pueblo de Mundaka, su gente y su gastronomía. Esto es algo que lo hace un festival especial, una localidad de apenas 1800 habitantes para pasear con un txacolin en la mano y conversar con el amable lugareño. Después del chuletón de rigor y previa siesta nos presentamos en el recinto festivalero con una sonrisa de oreja a oreja en el momento que arrancaban Los Enemigos. Banda que está en una forma fantástica, ofrecieron un concierto de grandes éxitos con tres temas de su nuevo disco. Una vez más quedó claro que los fans de Los Enemigos son una gente cojonuda.
A continuación se presentaban The Waterboys, NO daba un leuro por ellos y me callaron la boca con una sucesión de hits incontestables y un poderío en el escenario que ya querrían muchos músicos con 30 años menos. Sonrisas, abrazos y esa sensación efímera de que todo va bien y acabará mejor.
Y aún quedaban St. Paul and The Broken Bones. Hagan un triángulo equilátero, uno de los lados es soul, otro pop y el restante rock, pues justo en el medio está esta banda de Alabama. Tremending bolo que se marcaron los muchachos liderados por ese nerd que es Paul Janeway, el cual se pasó medio concierto arrastrándose por el escenario o bien de rodillas. Decía mi amigo que la cara de sus compañeros de clase el día que el bueno de Paul se arrancó a cantar tuvo que ser antológica, ojipláticos se quedarían, como todos los asistentes ante el chorro de voz del bueno de Paul.
Quedaban por ver Mamba Beat de los cuáles sólo podemos decir que son unos Depeche Mode de Tercera Regional. Para finalizar un buen aguacero a lo Cantábrico. Bien.
Como podrán imaginar un Festival muy especial, pequeño, cómodo, hecho con cariño y con un pueblo volcado. Nos comentaban que al estar en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai llegó a peligrar la edición de este año. Esperemos que NO sea la última edición del Mundaka Festival, porque todo da todo lo que promete:
Gastronomía
Surf
y Música
