LA DESNUDA BENDICIÓN DE LA MULETA
(Para leer mientras escuchas) Se dio cuenta de que había tropezado por seguir el ritmo de los demás y ahora se veía obligada a caminar despacio, quizá para recuperar el propio. El golpeteo de la muleta, clak, clak, clak, un marcar lento de su paso como las agujas de un reloj , y el ritmo de ella se hacía otro.