
FILOFOBIA
Escribir era siempre escribir una carta a alguien, y aquella noche eligió una tercera persona del singular, porque singular era ella y su circunstancia. Tocaba acordes incomprensibles y desalmados, escupía letras quebradas autocompadeciéndose, inventaba canciones grises y mentirosas. Leía poemas suicidados en algún amor emborrachado. Era una vida regada de incapacidad y desesperación, era un querer y no poder, un